Estados Unidos está recibiendo cada vez más "oil burner", o motores Turbo Diesel. Uno de los más vendidos del país, el Chevrolet Cruze, recibe el 2.0 Clean Turbo Diesel con 151 CV. Ni cortos ni perezosos, el departamento de prensa de Detroit compara su par máximo con un Camaro V8 de los años 70.
El motor Turbo Diesel entrega 358 Nm, nada mal, pero temporalmente puede dar un tope de 380 Nm durante 10 segundos, fenómeno conocido como overboost u overtorque, bien conocido en motores europeos. Esa cifra coincide con la torsión del LT1 small V8 de 349,8 pulgadas cúbicas (5.7 litros).
¿Es absurda la comparación? Sí y no. Hablamos de un motor monoárbol (OHV 16 válvulas), atmosférico, con carburadores Holley de cuatro cuerpos. Daba 258 CV, una potencia por litro que hoy da risa, pero entonces no tanto. Es normal que un motor de gasolina tenga menos par que un motor Diesel.
Ahora bien, potencia = par x RPM. El viejo Camaro entregaba el mismo par, pero a más revoluciones, luego hablamos de más potencia, y lo aguanta más tiempo. Con una transmisión manual de cuatro velocidades, hacía 0-100 km/h en unos 6,5 segundos, casi dos menos que el Cruze Diesel americano.
Si ambos coches siguiesen “a tabla”, al final ganaría el Cruze, porque el Camaro haría tope a 204 km/h y el Cruze sería capaz de ir algo más rápido con su sexta ultralarga. Los motores en los años 70 estaban muy mal aprovechados, como el Camaro del 78 que tenía un 5.7 con 170 CV.
Otra cosa en la que acierta GM es que el Cruze llega más lejos, con un rendimiento de 46 millas por galón, igualito que las 10 millas por galón del Camaro (23 l/100 km). Efectivamente, el Cruze acaba siendo más rápido a largo plazo, pero hay algo contra lo que no puede competir: SUS CABALLOS DE FUERZA CORRIENDO TODOS JUNTOS.